La
gacetilla de Prensa Municipal fue escueta, mesurada, casi insulsa. El anuncio
era que el Intendente municipal viajaba a firmar con la Presidenta de la Nación importantes anuncios
sobre viviendas para la localidad. Según rezaba el comunicado el hecho era
resultado de un trabajo de tiempo que se adjudicaba el mismo gobierno
municipal.
Pro.Cre.Ar. y Abortar como dos concepciones
de la política
El
jueves 21 de este mes, el Intendente asistió al acto en el Salón de las Mujeres
del Bicentenario en Casa Rosada. Allí se anunció que como parte del Programa
Crédito Argentino del Bicentenario, en su modalidad “sin terreno”, San Martín
de los Andes contaría con un proyecto de viviendas bajo operatoria del Banco
Hipotecario que implicaría la construcción de 257 casas para familias de
sectores medios asalariados de la localidad.
Como
pocas veces ocurre, la decisión y el anuncio mismo escaparon al conocimiento
del pleno del arco político local. Hasta funcionarios del propio gabinete
reconocen que desconocían la operatoria que se preparaba. Las hipótesis
plantean que el objetivo era que no se revelara un proyecto que podría no
concretarse, ya que eso es entendido como una actitud demagógica, que dicen, no
comparte el Intendente Fernández. Pero a la luz de los hechos acontecidos
apenas 12 horas después del anuncio, puede ser que la reserva obedeciera a los
temores de que los logros para 257 familias se conviertan en un festival de
toma de tierras en propiedades del Ejercito Argentino.
A las 7
de la mañana del día siguiente a los anuncios, tierras del Ejército cerca de la
unión de la Ruta
Alternativa Norte con la Ruta Provincial 48 fue ocupada
por un pequeño grupo de vecinos.
Pasaron
los días y el gobierno fue del estupor de la primera hora a la confirmación en
boca del mismo jefe comunal de que detrás del movimiento de ocupación fugaz de
las tierras del Ejercito hubo más de una mano que buscaría abortar la política
de vivienda que se está dando la localidad a partir de la creación del
Instituto de Vivienda y el vínculo que ostenta el actual gobierno con la
organización social que se ha apropiado para sí la representación de que el
acceso a la tierra urbanizable es mucho más que un “don” político partidario
que históricamente mezclo listados, favores y hasta tomas entreveradas con
grandes negociados de tierra, tal como denunciáramos desde esta página en la
columna anterior “Política, negocios… ¿y corrupción?”.
La historia de Pro.Cre.Ar y el Caballero de la Espada
Según
rezan en palacio, la historia de lo que derivó en viviendas del Pro.Cre.Ar. es un
viejo proyecto que trae entre manos la actual conducción política del Estado
municipal, aún desde tiempos de su anterior experiencia. De más está decir que
un Regimiento de Caballería es una rémora que no sólo puede, románticamente
para algunos, recordar a los tiempos Napoleónicos del Galo de Lavalle, sino que
también, dramáticamente para otros, nos puede retrotraer al Remington y la
“chusma”, la civilización y la barbarie en un espejo irresoluto, aunque las
letras de molde se engalanen de presuntuosa interculturalidad. Es por ello que
sirva o no este intento de fecundar otros destinos sobre el mangrullo del 4 de
Caballería, la localidad deberá darse debate con Nación acerca de la función de
tal contradicción en el corazón mismo del ejido municipal.
Comentan
cerca del Intendente que fue el gobierno local quien puso en la mira de Nación
el destino de estas tierras en las coordenadas del programa de viviendas a
través de cédulas hipotecarias más ambicioso que conoce nuestro país desde el
primer peronismo. Pero también que el proyecto obedecía a una proyección de la
expansión urbanizable autónoma e independiente de la mano del naciente
Instituto de Vivienda que propone la densificación por sobre la extensión y la
interrelación de sectores sociales por sobre la consolidación de guetos o la
zonificación según estratos sociales diferenciales.
Fruto
de un acuerdo entre Fernández y el Secretario de Presidencia Oscar Parrilli,
hace dos meses habrían recibido la visita de los funcionarios nacionales
encargados de abordar la desafectación de la tierra en beneficio del proyecto
de viviendas. Miembros del Ejecutivo habrían consignado que el área acordada
con el Secretario Parrilli eran tierras contiguas a la urbanización exclusiva
“Vega Chica” lindera al coqueto barrio Alihuen Bajo. El mandato habría
continuado hasta consumarse en proyecto pero a poco de andar habrían surgido,
siempre según fuentes del Ejecutivo, oposiciones desde dentro mismo del
Edificio Libertador, quienes aseguraban que la planificación de la defensa
mandaba resguardar dichas propiedades a cambio de ceder sin inconvenientes
otras tierras sobre la Ruta
48.
El
tiempo apremiaba puesto que el proyecto debía quedar cerrado para que fuera
lanzado a licitación pública en el acto presidencial al que asistiera luego el
Intendente, pero Fernández entendía que acceder a las exigencias del Regimiento
equivalía a destinar como tierras para viviendas aquellas porciones propiedad
del Ejército que de hecho ya habían sido socializadas por la gran pasión
argentina. Las dos canchas de fútbol hoy tomadas son propiedad que el Ejercito
había resignado en manos del pueblo. La paradoja indica que habría sido un
funcionario de Defensa de apellido Dorrego quien habría vengado Navarro y
propuesto la entrega de parte del Regimiento que lleva el nombre del victimario
del primer gobernador federal de la Provincia de Buenos Aires allá por 1829. Pero no.
Fernández
no aceptó y terció en el tironeo la decisión presidencial. San Martín de los
Andes contaría con 257 viviendas a expensas de la voluntad inexplicable del
Regimiento 4 de Caballería de Montaña.
El
Teniente Coronel Rodríguez Espada vuelve a conducir los destinos del 4 de
Caballería. Decimos vuelve puesto que regenteó sus cuarteles antes de la
llegada del cortes y correcto Héctor Perrotta. Decimos regenteó puesto que su
pasado en la unidad no sólo esta marcado por el acero de las amistades de un
camarada de armas muy especial sino que también por una conducción de los
bienes públicos del Regimiento que se confundían muchas veces con el usufructo
y hasta la malversación de los mismos. Sobre el actual Jefe de la unidad pesan
un sinnúmero de denuncias de pasillo, que comparten sus adversarios de hoy y
sus amigos de ayer. Alquiler de instalaciones del Ejército para empresarios
locales, alquiler de viviendas en el Barrio de Oficiales, confiscación de
sueldos a los soldados voluntarios, venta del combustible de los vehículos de la Fuerza y hasta la
desaparición de los fardos de pasto destinados al Comité Lacar de Emergencia
Rural en tiempos de erupción del Volcán Puyehue Cordón Caulle.
El
Teniente de apellido compuesto y estirpe de caballero medieval que respira
alcurnia herida, supo granjearse la amistad de un camarada y político local que
a raíz de los hechos que nos ocupan está en boca de todos, en el teléfono de
algunos y en las venas del Intendente. Alberto Bruno es sindicado, por quienes
compartieron cuartel con el fallido Teniente, como su gran amigo en la
localidad, contertulio en la jarana pueblerina, socio en emprendimientos
menores al margen del brazo sofisticado de la AFIP y reciente estratega de una mesa de arena
que días después del 24 de marzo incluía las posiciones territoriales de la
discordia y la Torre
del Reloj, cede del poder político local.
El
sucesor de Perrota al frente del 4 de Montaña será recordado por sus pares,
cuando se preste a un retiro mullido y acicalado en el cortesano Edificio
Libertador, como aquel que perdió tierras emblemáticas de su Regimiento sin
urdir una venganza. O no.
La información, la Vendetta y la huida
Como
dijéramos, la Fuerza
estaba dispuesta a entregar las tierras ocupadas deportivamente y que hoy yacen
bajo el justo deseo de suelo de cientos de familias sanmartinenses. La
información con que contaba el Teniente Coronel Rodríguez Espada no era
desgarradora pero le hería su orgullo de noble caballero. Compartió con su amigo
Alberto Bruno la inminente decisión presidencial de que tierras del Ejército
pasarían a ser ocupadas por vecinos necesitados de suelo donde vivir. Pero no
sólo eso. El avance del gobierno local llegaba hasta las puertas mismas de los
símbolos de la argentina decimonónica que se resiste como neneo ante los nuevos
aires patagónicos. Además de 30 hectáreas para viviendas, el gobierno
kirchnerista podría avanzar sobre la mítica cancha de polo.
Esta
revelación irritó al concejal que además de opositor es un cruzado contra el
izquierdismo kirchnerista. Así fue que Bruno, quien en el año 2010, al día
siguiente de la derrota del hoy Secretario Carnaghi por la Intendencia frente a
la interina Frugoni, saliera con pasacalles a pedir su renuncia al Partido
Justicialista, se prestó a urdir la jugada del día siguiente. Ambos, mecánico y
caballero, tenían mala información. Durante casi diez días planificaron con la
logística de dos punteras mujeres de chacra 4 y la islita de apellido Bustos el
desembarco post anuncio presidencial. El objetivo era contundente, implacable,
lapidario, el resultado del arduo trabajo de gestión en política habitacional
llevaría al Intendente a un conflicto con el Regimiento, con los vecinos que
exigirían para ellos la tierra tomada, con los anotados al programa nacional y
con el mismo Gobierno nacional que podría ver en la movida una mano de sectores
del mismo ejecutivo municipal con el fin de entregar las tierras fuera de
Pro.Cre.Ar., como era el objetivo originario. Es decir, un fracaso del que
sería imposible salvarse para el actual gobierno.
La
jugada contó con el apoyo del Regimiento que llegó tarde al aviso, no denunció
al fuero Federal, no dispuso el cuidado de la tierra y sólo se limitó a
reubicar la toma al otro lado de la ruta, visitándola seguido con el fin de
llevar tranquilidad a los vecinos tomadores de que no serían corridos por el
Ejército, quien “los apoyaría” en la medida. Insólito. En todo momento
Rodríguez Espada y el concejal Bruno creyeron haber asestado un insuperable golpe
al gobierno acuerdista. Como se dijo, la información era errónea, las tierras
tomadas no eran las destinadas a Pro.Cre.Ar. No obstante el éxito del fracaso,
el concejal no se quedó cerca del nacimiento de su criatura, no podía darse que
los unos y los otros desearan visitar su morada en procura de las respuestas del
caso, y huyó.
El proceso de acumulación originario
No es
teoría marxista pero de un principio básico del capitalismo vernáculo trata
este pasaje. Los orígenes del capitalismo mercantilista están asociados al
vínculo preferencial entre el poder político y el comercial para que cada quien
concretara sus objetivos. Ese reaseguro de inversión recíproco caracteriza
malamente al capitalismo del subdesarrollo, que adversa el riesgo y busca que
sea el Estado quien garantice su abultada tasa de ganancia.
Como se
expusiera en la columna anterior “Política, negocios… ¿y corrupción?”, el origen del conflicto
con la oposición política y el enfrentamiento consecuente que derivó en el voto
presidencial para el concejal Obeid, se remonta a la negativa del gobierno
local a entregarle al desarrollador inmobiliario y financista político del MPN
local, Daniel Vita, un crédito fiscal por $1.750.000. La suma de negativas a
las ambiciones desmedidas del tándem Vita-Viena hizo montar en cólera al propio
Fernando Viena quien recriminó en público la incapacidad del concejal Saloniti
para responder por los intereses del grupo que financió la campaña que lo tiene
al frente del MPN local.
De
allí, de ese encono mutuo, surgieron los cónclaves que delinearon la estrategia
de desgaste hacia el gobierno local que requería el posicionamiento del
concejal Obeid como Presidente del Deliberante y sucesor natural de un “renunciado
o enjuiciado” Juan Carlos Fernández. Por las tardes en distintos bares de la
avenida y por las noches en distintas casas, pero las reuniones son
recurrentes. El objetivo, que se venteó inconvenientemente en reuniones de la
seccional Lacar del MPN, es hostigar sin tregua al gobierno municipal buscando su error
o provocándolo de modo de justificar un avance institucional para el que tienen
amplios números.
Como
parte de esa avanzada se vio estos días la exhibición de unas fotos sobre una
camioneta municipal que habría transportado los televisores LCD que
extrañamente faltaran de un depósito del Ejército, para más. Llamativamente, el
único medio que dispuso de dichas imágenes pertenece a la ex titular de prensa
del anterior gobierno municipal. La reconocida periodista local Vázquez Moure
pareció caer presa del armado de una pequeña campaña mediática. Dispuso de un
juego de imágenes únicas y de un relato que no replicó ningún otro medio,
acerca de que la finalidad de lo robado era la campaña electoral del kirchnerismo.
Prensa municipal, con los reflejos rápidos que nunca había exhibido, entregó a
los medios locales la documentación que aclara el hecho, pero no fueron
corregidos los párrafos en la nota del portal noticioso. En torno al ejecutivo
sostienen que el robo, las fotos y la toma tienen todas las mismas facturas.
Un conspirado se desbocó y galopa al precipicio
El
gobierno municipal salió rápido a sentar postura sobre la relación toma-derecho
al suelo y la vivienda. Fue claro y contundente “con las tomas no se negocia,
quien toma pierde su posibilidad de acceder al suelo y a la vivienda”. Su
discurso fue bien recibido puertas afuera del mundo político en los sectores
medios y en aquellos que no cejan en el camino institucional de acceso a la
vivienda, pero mal recibido puertas adentro de la toma. Esto tiene su costo
para el gobierno, la toma se parece a un barrio y a diez días de su
inauguración no cuenta con ninguna visita del Estado.
Como
complemento a esto, los concejales del Acuerdo impulsaron en el Concejo una
declaración en la línea del gobierno pero no encontraron respaldo ni al menos
eco en los concejales opositores que se llamaron mayoritariamente a silencio.
La nota la dio el concejal Saloniti. El notero, de radio FM “fun”. Allí el edil
piso el palito y se mostró desbocado. Sugirió, contra todo pronóstico,
razonamiento sensato, Ordenanza municipal y Ley nacional, que los vecinos que
estaban tomando podrían ser reubicados en tierras del Lote 27 que albergará
algún día al Barrio Intercultural. La sugerencia no es inocente, aunque podrá
aducir que responde a la línea partidaria que inauguraran en tiempo de la
fallecida Luz Sapag, cuando a la toma de Chacra 4 respondieron con la compra
de Chacra 28. La diferencia es más que sutil, en la anterior jugada cerraban un
cuantioso negocio con Daniel Vita, hoy darían por tierra con un ambicioso
proyecto de la Asociación Vecinos
Sin Techo, que pergeño la idea y consumó su destino. El paso en falso parece
más a un paso adelante. En la organización social en cuestión sostienen que es
ese un acto de profunda irresponsabilidad política y hasta una falta de
dimensiones legales y que forma parte de un entramado destituyente que se
llevaría puesto al gobierno en caso de que la actual posición de la toma avance
en dirección al Lote 27, violando su Ley constitutiva.
Un saldo
El
escenario parece detenido a la espera del fin de la extensa Semana Santa. Los
actores están alerta. El Gobierno espera. Los conspirados jugaron con las
necesidades de muchos vecinos una carta política fuerte y riesgosa. Sobre el
final algunas preguntas. ¿Qué destino tiene el Regimiento de San Martín? ¿Cuál
es el precio de la democracia para los sectores que no toleran límites a sus
ambiciones? ¿Para dónde saldrá el gobierno luego de semejante crisis política?
Emilio R.
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